“La agroecología es un modo de producir y vivir alternativo al agronegocio”

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Rogério Neuwald, Eric  Sabourin  y María Mercedes Patrouilleau en el Seminario de la “Alianza”

 

AS-PTA/Brasil – 

Por Claudia Guimarães –

El rol esencial de las políticas públicas de apoyo a la agricultura familiar, en la consolidación de bases e instrumentos favorables a una transición agroecológica, fue ampliamente debatido en una de las mesas del Seminario de la Alianza por la Agroecología, realizado en Brasília, entre los días 3 y 6 de mayo de 2017.

La mesa – que tuvo la coordinación de Claudia Schmitt (del CPDA, de la Universidad Federal Rural de Rio de Janeiro, y presidente del Consejo Administrativo de la AS-PTA) – fue abierta por Rogério Neuwald, secretario ejecutivo de la Política Nacional de Agroecología y Agricultura Orgánica (Planapo), de la Secretaría Nacional de Articulación Social, de la Secretaría de Gobierno de Brasil. 

En su presentación, él explicó el marco legal brasileño en lo que se refiere a la agroecología, detallando las competencias de la Comisión Nacional de Agroecología y Producción Orgánica (CNAPO), que es paritaria gobierno – sociedad civil, y de la Cámara Interministerial de Agroecología y Producción Orgánica (CIAPO), que involucra a 11 ministerios y otros órganos del gobierno.

“Esa política nació de la reivindicación de la Marcha de las Margaritas (http://alianzaagroecologia.redelivre.org.br/2017/05/sem-feminismo-nao-ha-agroecologia/), realizada en 2011”, afirmó, recordando, sin embargo, que hubo una historia anterior, de más de 30 años de lucha, para que esas leyes surgieran. “Hoy, el desafío es mantener los espacios de diálogo con la sociedad, como la CIAPO y la CNAPO”. Por último, Rogério Neuwald destacó que los Objetivos del Desarrollo Sustentable (ODS) forman parte de una agenda de planeamiento e de gestión de políticas públicas, y que Brasil se comprometió a alcanzar los 17 objetivos y 169 metas hasta 2030.

La Red de Políticas Públicas y Desarrollo Rural en América Latina (Red PP-AL) 

Entre los invitados para discutir el tema estaban Eric Sabourin (del Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agronómica para el Desarrollo, de Francia, y de la Universidad de Brasília) y María Mercedes Patrouilleau (del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuario, de Argentina), investigadores cuyas organizaciones forman parte de la Red de Políticas Públicas y Desarrollo Rural en América Latina (Red PP-AL).

Al presentar la metodología adoptada en sus estudios (para leerlo, haz clic aquí: http://alianzaagroecologia.redelivre.org.br/2017/05/politicas-publicas-para-a-agroecologia-na-america-latina-e-caribe/), el coordinador de la Red Eric Sabourin explicó que han utilizado una Matriz de Análisis Común en ocho países (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, El Salvador, México y Nicaragua).

Esta matriz tenía cinco elementos: los conceptos de agroecología usados por los actores y las políticas, los procesos que llevan a las políticas, los contenidos de política, los efectos de las políticas y las dinámicas territoriales de la agroecología. Agregó que, para subsidiar los estudios, han recurrido a bibliografías, fuentes y datos secundarios, además de entrevistas complementarias a gestores y otros actores.

Entre los principales resultados de la investigación – desarrollada por las 30 organizaciones de la Red PP-AL, entre 2015 y 2016 –, está la constatación de que solo Brasil y Nicaragua tienen una política nacional  de agroecología y producción orgánica. “Lo que sí hay en todos los países investigados, es una normativa sobre cualificación y certificación de orgánicos extendida a los productos agroecológicos”, señalando que hay casos de certificación orgánica con dinámicas participativas.

Eric Sabourin remarcó que, en los países estudiados, la presión de los movimientos sociales y la capacidad de las organizaciones para elaborar propuestas fueron fundamentales para la implementación de políticas públicas en favor de la agroecología.  

Otra conclusión es que, en todos los países donde se promueve la agroecología, ella aparece como “un modo de producir y vivir en oposición al agronegocio”, mientras que la producción orgánica parece más como un modelo que substituye los insumos químicos por los insumos orgánicos. Agregó que la visión agroecológica está asociada a los conceptos de “seguridad, de soberanía alimentaria y del buen vivir”.  También resaltó que la agroecología y la producción orgánica “no son sub rubros o sub categorías” de la agricultura familiar y campesina, pero “tienen mucha aproximación”.

Los estudios desarrollados por la Red PP-AL en los ocho países mostraron que el apoyo para el desarrollo de la agroecología debe ser pensado “a la escala territorial y no solo del sistema técnico o de la parcela cultivada”. Además, pusieron en relieve el rol esencial de las redes de gestión del conocimiento agroecológico y de las redes de circuitos cortos.

Según Eric Sabourin, frente a las crisis (financieras, geopolíticas, climáticas), la agroecología empieza a ser reconocida como alternativa al modelo productivo convencional insostenible – en particular frente al cambio climático. “Si la agroecología no va a alimentar toda la población es, sin duda, una de las alternativas a las crisis”, remarcó.

Para María Mercedes Patrouilleau – investigadora del Instituto de Prospectiva y Políticas Públicas, del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuario), de Argentina –, pese a las dificultades, las políticas públicas han aportado para la difusión de los conceptos agroecológicos. “Hay un reconocimiento semántico y vemos ahora avances”. Como ejemplo, señaló que los productores investigados en la región de los Pampas se reconocen como “agroecológicos” y están discutiendo la cuestión de la agroecología.

Por otro lado, observó la dificultad de implementar políticas transversales, que involucren distintas áreas del gobierno con el objetivo común de promover el desarrollo rural con enfoque agroecológico. También destacó que hay una fuerte disputa en la producción de  información. “Los grandes ganaderos y terratenientes no han dejado que se hiciera hasta hoy un censo agrario con informaciones confiables en Argentina”.

La socióloga recordó que, en los últimos años, algunas políticas públicas para el sector rural habían fortalecido en Argentina el papel de las mujeres. “Esas políticas incluyeron las mujeres como un grupo específico, apoyando su labor. Pero ahora, están congeladas”.

Perspectivas para la agroecología

En síntesis, los estudios desarrollados por la Red en los últimos años muestran que hay una difusión más amplia de los principios y conceptos agroecológicos, y “la demostración científica de su validez y eficiencia”. Resaltan, además, el reconocimiento de los actores de los movimientos de agroecología y producción orgánica, y la apertura de espacios de participación, consulta o negociación institucionalizados, como en Brasil, Nicaragua, El Salvador y Costa Rica. 

Otro aspecto a destacar es el entendimiento de que la agroecología y la producción orgánica ayudan a la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático y a afrontar las debilidades del paradigma productivo dominante. También señalan el reconocimiento de la contribución a la transición agroecológica de las políticas de soberanía y seguridad alimentaria, y del apoyo a la agricultura familiar, “dado el alto costo de los insumos agroquímicos sintéticos y del efecto dañino de los agrotóxicos en la sociedad y en zonas de cultivo intensivo con alto uso de agroquímicos”.

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FOTO: Ubirajara Machado

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