CEA/Ecuador –
Con más de 200 asistentes entre productores y estudiantes se realizó el Foro sobre agrobiodiversidad y semillas, el pasado 4 de junio de 2016, en las instalaciones de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Cuenca, en Ecuador.
Como parte del interés de la Universidad en “conocer planteamientos de diferentes sectores sobre sus inquietudes de lo que sucede” fue por lo que se abrió este espacio al intercambio de conocimientos, según lo descrito por la Sub decana Lourdes Díaz Granda.
El evento fue inaugurado por miembros de la Universidad, así como integrantes de la Comisión Nacional de Agroecología (CNA) quienes preocupados de la actual propuesta de ley de semillas y agrobiodiversidad, que atenta al a soberanía alimentaria del pueblo ecuatoriano, organizaron este foro. “¿Cómo dejar de ser objetos del Estado y ser sujetos? Es desde la construcción en las mismas organizaciones y este tipo de espacios visibilizan aún más la gravedad de que nos quiten nuestras semillas” recalcó Nancy Huaca, productora miembro de la Red Agroecológica de Loja (RAL). “Juntando fuerzas para conocer cuáles partes no ayudan a la agricultura campesina” es fundamental y “que la gente de la ciudad nos ayude a defender estos recursos naturales”, recalcó.
Como primera ponente Elizabeth Bravo, de Acción Ecológica, expuso que los puntos mas críticos de la ley son “considerar semilla como patrimonio del Estado, que se obligue a la certificación de semillas, el uso de la fuerza pública para ver qué semillas comercializadas sean certificadas, obligar a la semilla nativa a normas para ser utilizadas, que no se prohíba semilla transgénica, y que no se asegure el libre flujo de semillas.”
-¿Alguna vez han recibido apoyo del Estado para mejorar o conservar sus semillas?- preguntó a los productores en el auditorio quienes respondieron con rotundo no.
“La semilla es el resultado que se ha hecho milenariamente y de muchas generaciones que no han tenido apoyo del Estado ¿Tiene lógica que sea patrimonio del Estado la semilla? ¡No!”.
El libre flujo de semilla es necesario en una ley, como lo menciona la Constitución del Ecuador en el Artículo 281.6 pero como el inicio de la producción de los alimentos es la semilla, para las empresas es un problema su intercambio entre los agricultores. “La propuesta de ley propone certificar todas las semillas criminalizando las nativas, criollas y a quienes las utilicen y uno de los requisitos es la pureza varietal opuesto a la diversidad de la semilla campesina.” declaró Bravo.
“Nuestros guardianes de la agrobiodiversidad, el centro del conocimiento, son los campesinos” dijo el alumno del décimo grado, Christian Gutiérrez. Como expositor representando el interés de los jóvenes estudiantes, reconoció que “nosotros [en la Universidad] establecemos técnicas, pero ellos [los campesinos] han vivido años con este conocimiento. Como Universidad, como estudiantes ¿Qué postura tomamos? ¿Qué debemos hacer? Promover a que se conserve esta agrobiodiversidad, crear bancos de germoplasma no sólo en la Universidad sino a disposición de agricultores, crear proyectos multidisciplinarios porque para los sociólogos, nutricionistas, médicos veterinarios, ingenieros tenemos un grano que aportar en la protección de la agrobiodiversidad.”
“No sólo defendemos la semilla, sino el conocimiento asociado”
Nancy Minga, docente de la Universidad e integrante de la Comisión Nacional de Agroecología, en su exposición cuestionó: “¿Qué hubiera pasado si los mayas o kurdos hubieran querido patentar semillas? No tendríamos nada ahora.” Es importante observar que esta propuesta de ley “no reconoce conocimiento asociado a recurso filogenético. In situ significa guardar la semilla física pero su limitante de esta conservación es que el conocimiento se congela fuera de donde realmente se genera porque no recoge la parte de los pueblos.” El conocimiento y vida de las semillas se crea, distribuye e interrelaciona, por eso una de las principales defensas es a las fincas campesinas ya que son “la riqueza y patrimonio de la agrobiodiversidad”, concluyó.
Por su parte, Benjamín Macas, integrante de la RAL, reconoció que como parte de las redes que fortalecen este debate y defensa a las semillas se encuentran universidades, organizaciones y posibles diálogos con asambleístas y ministerios. En la Agenda Nacional Ambiental construida por movimientos y organizaciones en defensa de los derechos de la naturaleza, se señala que “volver a los agroecosistemas más diversos propios de la agricultura campesina contribuye a establecer condiciones para garantizar la existencia de las especies”. Por ello, “como CEDENMA nos unimos a esta defensa de las semillas, denunciando los mecanismos de mercantilización de la naturaleza” como lo es esta propuesta de ley de semillas.
Por último, Abel Arpi aseguró que “no vamos a poner la esperanza en un Estado que nos ha quitado – y quiere quitarnos – lo que nos ha dejado nuestros pueblos y taitas. El Estado capitalista no nos va a desplazar de nuestra tierra, agua, ni semillas.” Invitó a los asistentes a que con fuerza, ánimo y ganas se siga defendiendo nuestra agrobiodiversidad.
Entre los aportes de los asistentes, se leyó el manifiesto de la Comisión Nacional Agroecológica sobre esta propuesta de Ley.
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